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domingo, 23 de agosto de 2020

Fetichismo y Prostitución


Fetichismo en la prostitución Desde mis primeros escarceos sexuales tuve claro que era fetichista. Y del valor añadido que el fetichismo le daba al sexo, en especial en el sexo profesional.. cuando me hice puta me acostumbre a cumplir con los fetiches del oficio: tacones, ligueros, corpiños, vestidos excitantes o vulgares pero también elegantes vestidos de noche, maquillaje muy puesto y atrevido: desde la elegante dama burguesa maquillada con gusto pero vestida de puta, al maquillaje de puta esquinera con vestimenta elegante, todo vale. Lo hice por gusto y por convicción y ante una realidad muy clara. Los hombres que me visitan no sólo desean sexo, lo que desean mayoritariamente es vivir una fantasía sexual y en ella, follarse a una mujer arreglada, bien maquillada, vestida como una zorra con clase y muy arregladita para luego,dejarla hecha unos zorros, colorada, despeinada y con el maquillaje bien corrida a pollazos. O vivir su noche especial con la mujer que va vestida como una artista en un lugar público para luego follarsela hasta el fondo. O follar con una diosa fetichista vestida de cuero y satin. Hay muchos fetiches, algunos muy entretenidos. Otros muy sexys a mí parecer. Yo tengo mi preferido también. Siempre, desde mi primera tarde de burdel, me ha gustado presentarme vestida de zorra de burdel clásico y maquillada con ojos de gata y labios rojos o rosa brillante de puton enmarcados en color oscuro para dejar bien claro al chico donde va a meter su polla y donde se va a correr. Me encanta ser emplastada en semen, y eso tambien es un fetiche. Unos que añade mucho valor a mis servicios y mucho placer a mis chicos. Besos blancos.


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